miércoles, 18 de junio de 2008

Playlove: la dureza de la vida según Miguel Angel Martín

"Playlove", de Miguel Ángel Martín, es mi última lectura en novela gráfica. La publica la editorial . La he leido a la vez que otra novela, Socorro, Perdón, de Frédérik Beigbeder, con la que comparte algunas coincidencias: la dureza de las historias, el descreimiento de sus protagonistas, el reflejar una visión del mundo como una utopía negativa, esbozada con un humor ácido, escéptico y lúcido. Todo bastante alejado del "estilo Taniguchi", y sin embargo son autores que me encantan.
Rey Lear
Las historias de Miguel Ángel Martín se sitúan en paisajes urbanos fríos, sin vegetación, llenos de rascacielos de grandes empresas, pisos de ricos y yuppies con decoración de diseño minimalista, a veces en un futuro próximo donde las relaciones humanas incluyen la crueldad o la incomunicación, la manipulación genética se aplica con efectos imprevistos e incontrolables.... Y en ese paisaje aparecen personajes como la protagonista de Playlove, sensible, enamoradiza, abandonada... La lectura de los cómic de Martín (no éste, que es casi dulce en su trayectoria) pone a veces un nudo en la garganta, sobrecoge; hacen el efecto de -perdón por la pedantería- catarsis. Creo que las personas que leen cómic con situaciones de violencia extrema como las que se esbozan en otras historias de Martín debemos ser de las más pacíficas que se puedan encontrar. Miguel Ángel Martín acaba sus cómic con un "game over" que me encanta: es su manera de decirnos: fin del juego, que eso es la literatura: ahí esta la vida. Una buena reseña en Soitu.
Y Beigbeder, que con "Socorro, perdón" continúa "13.99", refleja con un humor terrible la vida en entornos de publicistas adinerados, buscadores de modelos, también un mundo sin valores, de consumismo, hedonismo, sexo, adicción a todo tipo de pastillas... con un realismo divertido, inteligente y que deja también un cierto regusto triste, a la vez que se lee sin poder parar hasta ver el nuevo "game over".
Autores que nos presentan una concepción lúcida de la vida, un "no future", que creo que continua una tradición de desvelamiento, de crítica de la modernidad, pero que nos acaban también llevando al convencimiento de que merece la pena mirar al otro sin volver la cara.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también me compré PlayLove hace poco. Le he cogido el gustillo a este hombre, a ese pesimismo en el futuro, en las relaciones humanas, en la aparente perfección exterior y desolación interior... Lo que más me gusta, igual que con Brian The Brain es que el/la protagonista, aunque rodead@ de un mundo frio, implacable, hostil y bastante aterrador, son seres afectivos, tiernos, y amables, pese a todo, y es al que el lector se agarra para no ahogarse a lo largo de la historia.

José-Antonio Gómez-Hernández dijo...

Néstor, gracias por tu opinión, expresa muy bien lo que me produce a mi también la lectura de MA Martin, el que aflore afecto en un contexto tan inhóspito. Viene a ser una utopía negativa sobre el futuro -que implica ya una visión del presente- con resquicios para lo humano que no se si llegan a generar esperanza...