lunes, 21 de marzo de 2011

Desconectados, de Calo

 Desconectados, de Calo, incluye dos historias: la primera y más extensa, que da título al album, es una historia de dos amigos que entran en el videochat de una chica rusa que llega engañada a España. La segunda, "Rehacer mi vida", es el relato de los desencuentros amorosos del protagonista con su antigua novia y otras chicas. Con este sencillo esquema el autor consigue un comic en su línea, que aunque no evade tema peliagudos como las relaciones amorosas y sus dificultades, el sexo en Internet, las crisis personales, la soledad o la frustración, lo hace con un tono amable y comprensivo y un dibujo bonito. Quizás sin mayor trascendencia pero bien tramado y de lectura muy agradable.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola de nuevo. Me llamo José Luis, y como tal firmé hace algo de tiempo un comentario incluido dos entradas más abajo (en la de lo de Mariscal y Trueba). En ella hacía una doble pregunta sobre Taniguchi (si copiaba fotos y si trabajaba con equipo). Ambas cosas eran de cajón y quería confirmarlo. Ese mismo día pude comprobarlo en un vídeo alemán fácil de encontrar en la red en la que se ve cómo su equipo fotocopia una foto de la luna y él da indicaciones a un subaleterno para que copie esa enésima foto en las viñetas.
O sea, que ya me he buscado la vida.
¿Entonces? Bueno, lo que no entiendo es tu silencio. ¿Por qué no me has contestado siquiera? ¿Por entrar como "anónimo"? ¿Por olvido?
Me gustaría me contestaras por lo menos a esto. Gracias.
Un saludo, José Luis.
PS: No creo que copiar fotos o trabajar en equipo sea nada malo, pero sí ayuda a entender y valorar la obra de Taniguchi.Personalmente creo que esa utilización obsesiva de fotos le perjuduica, pero no veo mucho sentido a escribir sobre ello por ahora...

José-Antonio Gómez-Hernández dijo...

Perdona, quise documentarme bien para responderte y después se me pasó... Efectivamente la tecnica de Taniguchi usa fotografías que adapta a la recreación de los paisajes en sus cómics, y tiene equipo con el que trabaja. Pero quise concretarte algo más sobre la técnica o dar una opinión fundamentada. Lo que pasa es que, como tu, no lo veo mal, es una técnica más que consigue un efecto muy bueno en sus historias. Y en el fondo yo comento los cómics más como aficionado al que le gustan que por los aspectos técnicos de su producción, por lo que no he profundizado en ellos ni me siento capaz de juzgarlos. Saludos cordiales, Jose A

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu rápida respuesta.
Por otro lado, no sé si estoy muy de acuerdo contigo. Más bien no. Ser aficionado no tiene, creo, nada que ver con entrar en estos temas: puedes o no puedes, a gusto, y sí creo que como aficionado, tratarlos, enriquece la lectura, la comprensión y valoración de la obra.
Por mi parte creo que cuando hace obras como BL o "Zoo...", o "Calendario...", la utilización de esos fondos fotográficos tan hiperrrealistas no va con el tipo de historias que pretende contar, intimistas, muy personales. Creo que un estilo más suelto, incluso iregular, le vendría bastante mejor. Así queda con un aspecto demasiado frío; parece más propio de historias, qué sé yo, de héroes o policial, o de suoperhéroes, no sé. Eso y su otra obsesión, ese despliegue de técnica en cada página (picados, contrapicados, etc.), ese continuo cambio de plano, ¿es necesario o conveniente? Naturalmente que este hombre es un hacha en todo ello, y hasta copiando o calcando fotos lo hace realmente bien, pues a otros, Dios, cómo se les nota y qué mal les quedan esas fotos copiadas en pésimo maridaje con el resto de la viñeta, mas no a él. Pero ser un hacha calcando fotos, componiendo o presentando todo ese despliegue de técnica en cada página no es, por sistema, siempre bueno. ¿Qué tipo de historia quiere contar? ¿Es bueno todo eso para determinado tipo de historia? Creo que un exceso de técnica no siempre es bueno, y pienso que es su caso.
Admiro a T, pero veo estas cosas así, y me gustaría saber si hay más pesonas asomadas a este blog que piensan así, o todo lo contrario.
Un saludo a todos, José Luis.

José-Antonio Gómez-Hernández dijo...

Tienes, razón, comprender el proceso técnico hace más rica la comprensión de la obra y su lectura por supuesto. En el caso de Taniguchi, el perfeccionismo técnico puede ser controvertido, pero en mi caso me gusta, quizás apreciar el detalle ralentiza la lectura, lo que va bien al ritmo lento de sus historias intimistas...
Saludos cordiales
Jose A

Anónimo dijo...

Mmmmh... ¿Ralentiza la lectura? Bueno, T tiene un envidiable sentido del tiempo, de los silencios, de las viñetas carentes de acción, de las viñetas de transición: hojas que se mueven en los árboles, pájaros que pasan, nubes colgadas en el cielo, olas que se derraman en la orilla... No creo que para producir esa sensación en el lector (insisto: en el lector) necesite ese hiperrealismo fotográfico "de los fondos" (coches aparcados, estaciones, calles con anuncios, cementerios con todas y cada una de sus tumbas matrículas incluidas, interiores de cafeterías y restaurantes con cada miga en el mantel...).
No, creo que son cosas distintas: una cosa es que el lector invierta tiempo en reconocer/leer cada detalle de la viñeta, y si vamos a eso también lo tienes en las de Blueberry, en el otro extemo, y otra bien distinta la habilidad o buen oído musical para que Taniguchi despliegue su sinfonía temporal con la sucesión de esas viñetas que dan esa sensación de paso del tiempo "detenido". Eso tiene más que ver con el número de viñetas, con su formato, con el objeto representado (no que se vea cada puntito de nube, sino que se vea la nube mientras el flota en el mar).
Hugo Pratt, Taniguchi, Ware o Jason saben hacer sentir ese paso del tiempo, y ello es por su olfato
a la hora de decidir cuántas viñetas aparecerán, en qué forma, con qué contenido -ese olfato del que carece el increíblemente multipremiado Altarriba con ese guión imposible con un sentido del tiempo infumable-. Repara en que esos autores tiene un estilo muy distinto, y Jason o Pratt de fotográfico-obsesivos nada tienen. Lo que dices del hiperrealismo fotográfico -o sea, el calco obsesivo y sistemático de fotos como fondo-, no creo que consiga ese efecto, y da más bien sensación de fotonovela, de monotonía, de falta de sugerencia. Y rompe la lógica intimista de la historia.
Creo.
Pero veo eres poco dado a hablar de ello, y lo despachas en un urgente párrafo. Entiendo que, más que estar en desacuredo, no parece interesarte mucho, o careces de tiempo. Si es lo primero, lo siento: tal vez me confundió el título del blog, no sé. Si es lo segundo, bueno, ya hablaremos.
Un saludo, y gracias por la contestación. Sigo esperando otras opiniones.
José Luis.