jueves, 29 de septiembre de 2011

Quai d'Orsay: crónicas diplomáticas, de Lanzac y Blain

Este primer volumen de Quai d'Orsay, crónicas diplomáticas, de Lanzac y Blain es una sátira sobre la vida política francesa a partir de las vivencias de un político de izquierda que se deja la tesis para empezar a escribir discursos para el ministro de asuntos exteriores. A partir de aquí todo un conjunto de muestras de las miserias de la política, principalmente inspiradas en Villepin, de cuyo gabinete ministerial fue miembro Abel Lanzac. Divertida y escéptica de la política.

The Beats, de Harvey Pekar y Ed Piskor

 The Beats es un proyecto colectivo editado por Paul Buhle, con la participación principal de Harvey Pekar y los dibujos de Ed Pistor y otros colegas, en el se nos cuentan las bibliografías de los principales miembros de la generación Beat.

Junto a Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William Burroughs se nos habla de otros muchos creadores que rompieron con la cultura de su época con una mezcla de experimentación vital y literaria, uso de drogas y búsqueda de experiencias de todo tipo.

Sus peripecias vitales, su genialidad, sus luchas, sus transgresiones en las prácticas sexuales, sus procesos creativos, su amores y sus dependencias son ilustradas con detalle en un libro enormemente informativo, por lo que me ha gustado leerlo. Y encontrar algún fragmento bibliotecario. Para más detalle, la  reseña de El Mundo.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Aventura bibliotecaria de Joe Sacco


En la recopilación de historias cortas de Joe Sacco publicadas bajo la titulada bajo el título de una de ellas, Apuntes de un derrotista, me ha gustado leer esta historia autobiográfica con muchas reflexiones sobre la vida de una biblioteca hace unos cuantos años.

Sacco satiriza sobre la excesiva dependencia de los gustos de los usuarios como "clientes", de ideas peregrinas de gestión bibliotecaria, de la tecnología como herramienta de búsqueda (en una etapa pre-google)...

Sacco optaría por un modelo de biblioteca más basado en el interés y la calidad de las obras y en la cultura impresa,  que en la selección por las modas, las estrategias de marketing editorial o la tiranía de lectores poco formados. Quizás no le falte razón pero no es por ahí por donde vamos.