miércoles, 19 de agosto de 2009

Cómic en la Feria del Libro de Bogotá

Durante la Feria del Libro de Bogotá busqué cómics, y me llevé una previsible decepción. En una gran feria como ésta los cómics eran muy escasos, y donde los había eran pequeñas muestras en buena parte anticuados. Algo que indica la escasa distribución y venta de cómic europeo e incluso estadounidense o manga en Latinoamérica. Y por tanto el difícil acceso al mismo para los aficionados, salvo la vía de la descarga de Internet. Es quizás la única forma de llegar a cómics, por ejemplo, de Jiro Taniguchi. ¿En cuantas librerías latinoamericanas se podría encontrar? Yo por ejemplo pasé por la de Fondo de Cultura en Bogotá, la principal librería de ese país, y casi no había. (Curiosamente un cómic de carácter minoritario pero que casi siempre encuentro es la versión de En busca del tiempo perdido editado por Sexto Piso: una buena muestra de su capacidad de distribución de esta editorial).
Un elemento importante es el precio, que afecta a todo el mercado del libro. En estos países el precio es mayor que en España, tanto en términos absolutos como relativos, teniendo en cuenta el menor poder adquisitivo de la población. La importación de libros duplica el precio que nos cuesta a nosotros, y muchos lectores allí no pueden pagarlo. Por eso se importa, distribuye y vende menos, en buena parte se desconocen las actuales corrientes de cómics, y tampoco se demandan. La red de pequeñas librerías de cómic que en España lo mantuvieron y facilitaron su reactivación hace unos años no creo que sobreviviera allí, y el mundo de la edición independiente y la librería es en estos países aún más difícil que en nuestro país.
Al margen de ello, yo diría que el cómic tiene muchas posibilidades en Latinoamérica y que se podría ampliar su público como ha sucedido en Europa. Las coediciones con editoriales latinoamericanas para la reducción de costes de distribución y venta, la influencia cultural hispana y en general europea o la calidad de las obras que se están produciendo lo debería facilitar. Además de Internet que facilita a veces lecturas de cómic, las bibliotecas deben poner su granito de arena, procurando tener una buena colección de cómic que sea referente, panorámica de las tendencias y punto de acceso a las obras actuales de este género en sus ciudades.

Una labor importante para el difícil avance de los cómics en América Latina es la que está haciendo CERLALC en el marco de su proyecto Comictecas. Así, en el Pabellón dedicado al diseño y la caricatura de la Feria preparó una exposición titulada "Leer el cómic latinoamericano: México, Brasil, Colombia" (visión panorámica y cronológica del desarrollo, la utilidad, las escuelas e influencias, y la actualidad de las historietas de estos tres países), así como dos conferencias sobre el uso del cómic para el fomento de la lectura y su uso en Brasil y en México.

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