En la parte más alta de las nubes, de Sandra Garayoa y Bertol Arrieta

En la parte más alta de las nubes, de Sandra Garayoa y Bertol Arrieta, es un bellísimo cómic sobre el suicidio de un ser querido, su comprensión y su afrontamiento, y lo hace entreverando dos historias. La de la propia Leire, y la de un alpinista protagonista de retos extremos que también terminó su vida mediante el suicidio.

Los relatos se encuentran porque la pareja de Leire estaba leyendo sobre este aventurero, e intentará conocer a su hija para encontrar posibles respuestas comunes. Una parada en un hotel a mitad de camino, en el que el tiempo se detiene y se propician conversaciones, irá transformando la mirada a los acontecimientos dolorosos de la protagonista. 

Un cómic para leer despacio, para encontrar esos silencios y esa soledad reveladora que tanto bien puede hacer. 

La carrera del siglo, de Kid Toussaint y José Luis Munuera

La carrera del siglo, de Kid Toussaint y José Luis Munuera, es la divertida y documentadísima historia de la estrafalaria maratón de que se corrió en San Louis en 1904, en el marco de los juegos olímpicos. Una carrera caótica, con corredores improvisados, condiciones incontroladas y difícilmente soportables. Pero nos vale para conocer las vidas de muchos de los protagonistas de aquella carrera mítica y conocer con la ironía que se merecía cómo era visto el deporte olímpico en la sociedad americana de principios del siglo pasado. Un gran cómic.

Planeta, de Ana Oncina

Planeta, de Ana Oncina, es una distopía en apariencia amable, que plantea cómo la inteligencia artificial podría crearnos relaciones humanas virtuales muy aparentemente satisfactorias, así como las reacciones, la evolución o el destino que podrían tener. Las protagonistas son Valentina y Ane, dos chicas que comienzan una relación amorosa, y a su vez una versión futura de ambas, Val3 y An7, conectadas a la través de los sueños de la primera. Las historias se van cruzando, realidad y sueño, evidenciando las fracturas de ese mundo de silencio, de aparente adaptación, de burbujas refugio de un planeta que hemos hecho inhóspito. 

Un paso adelante en la obra de esta autora, que combina colores y líneas claras para conseguir generar atmósferas inquietantes mostrando emociones o gestos que parecen siempre contenidos.

Malaherba, de Bartolomé Seguí

Malaherba, de Bartolomé Seguí, es la adaptación gráfica de la novela de Manuel Jabois sobre el final de la infancia de un niño de diez años, y su pequeño mundo. Ambientada en un barrio pobre de la Galicia de principios de los años noventa, el protagonista convive en una familia modesta y va formando lazos con los compañeros del colegio. La enfermedad del padre, algunos conflictos escolares, el miedo ante el misterio de los deseos que comienzan a aflorar... irán forjando el carácter del protagonista, que irá perdiendo la inocencia y descubriendo la vida en un contexto en el que afloran realidades como el fracaso escolar, la marginalidad por las drogas o los episodios de violencia que no se explican.

Con Malaherba Seguí vuelve a sus Historias de Barrio, conectando con su dibujo realista su Mallorca natal con la Galicia de Jabois, a través de las anécdotas comunes que nos van haciendo ser quienes somos en casi cualquier lugar.

Perros, de Keum Suk Gendry-Kim

Perros, de Keum Suk Gendry-Kim, es un precioso cómic basado en experiencias de la autora con sus mascotas. Nos cuenta las vivencias de una pareja sin hijos que decide tener un perro, Zanahoraria. Anécdotas y decisiones que implica tener un perro que emocionan. En el cómic vamos conociendo el día a día del cuidado del perro y de los que se van sumando a la familia... 

Además de incluir preciosas historias con sus expresivos dibujos, basados en la observación y la fotografía, la autora también se orienta a fomentar un mayor respeto a las mascotas, y para ello ilustra casos de maltrato y descuido, frecuentes no solo en la Corea en que se desarrolla el cómic, sino en cualquier lugar: desde la crianza para compraventa al abandono o el maltrato físico.

Una obra estupenda que me ha recordado algunos de los episodios dedicados a las mascotas del maestro Jiro Taniguchi y algunos otros cómics protagonizados por perros que hemos reseñado en este blog.

Último fin de semana de enero, de Bastien Vivès

Último fin de semana de enero, de Bastien Vivès, es la historia de un autor que mientras participa en la Feria Internacional de Cómic de Angulema mantiene un romance con una asistente al evento que acude para acompañar a su esposo, que es un fan de nuestro protagonista. En un momento la doctora expresa una frase brillante: "los cómics son un arte de jóvenes heridos, ¿no le parece?".  Y es cierto que el autor mientras cumple con los rituales del salón -las firmas, las charlas, las dedicatorias, los saludos a los colegas- transmite rutina o desencanto, a pesar de disfrutar de un considerable reconocimiento. 

Una historia que más allá de contarnos una situación habitual, tiene mucho encanto por la forma que presenta el deseo contenido pero persistente, la dudas y la intensidad de esa pasión efímera pero que ahonda en la perspectiva vital del protagonista.

Hoops, de Genie Espinosa

Hoops, de Genie Espinosa, es la historia de unas jóvenes amigas que harán su particular y surrealista viaje iniciático con reminiscencias de Alicia en el País de las Maravillas. Tras hacer novillos y fumar unos porros, las chicas caerán a un mundo fantástico en el que vivirán aventuras de las que saldrán reforzadas. 

Dibujos con colores fuertes, figuras rotundas y planos o perspectivas arriesgadas por paisajes imposibles. Una historia en la que la autora logra un estilo propio, que yo conecto con influencias que van desde el underground al manga, pasando por el polígono, lo onírico o la ciencia ficción, y todo acompañado de una banda sonora en la que cobra especial fuerza Riders on the Storm de The Doors. Brillante.

El dibujante de Estambul, de Ersin Karabulut

El dibujante de Estambul, del turco Ersin Karabulut, es un cómic autobiográfico en el que conocemos su infancia y sus primeros pasos como creador de historias gráficas. Su historia nos ayuda a comprender la evolución política de Turquía, en la que está muy presente el miedo a la represión política, especialmente cuando la sátira se dirige a políticos autoritarios como Erdogan.

El cómic se hace entrañable al contarnos cómo el autor avanza con determinación para seguir una fuerte vocación, por encima de los temores fundados de sus padres. Una historia que estamos seguros -y deseando- que continúe, para saber más de cómo logró ser un autor conocido, publicar en muchas revistas de humor crítica política y consolidarse como uno de los principales autores turcos.

Mujer, vida y libertad, coordinado por Marjane Satrapi

Mujer, vida y libertad, coordinado por Marjane Satrapi, es una obra nacida a raíz del asesinato de la iraní Mahsa Jina Amini a manos de la Policía religiosa islámica, por llevar supuestamente mal puesto el hiyab, y que generó un movimiento de gran repulsa y rebelión. 

La represión de las manifestaciones de todo tipo de colectivos, la inhumanidad criminal del régimen de Irán y la necesidad de sumarse a la lucha por la transformación política movió a Marjane Satrapi a componer un volumen que contara la situación, desde sus precedentes históricos al momento presente donde se realza la resistencia popular a pesar de la brutalidad de sus gobernantes. En la obra participan diecisiete autores y autoras de distintos países entre los que hay que mencionar a Paco Roca, Nicolas Wild, Mana Neyestani, Lewis Trondheim, Joann Sfar, Catel o Patricia Bolaños, además de teóricos como el politólogo Farid Vahid, el periodista Jean-Pierre Perrin y el historiador Abbas Milani.

Es un cómic por tanto que combina la divulgación histórica y política con la narración gráfica para promover una solidaridad internacional que ayude a su vez a los iraníes a ganar un apoyo que acerque al final de ese régimen.

Para los míos, de Juanjo Sáez

Para los míos, de Juanjo Sáez, es una larga carta del autor a su familia, como una forma de reconocimiento y asunción de la propia historia. Aunque está llena de episodios dolorosos que el autor tuvo que transitar con ansiedad, tiene una mirada vitalista propia de quien se ha reconciliado con las circunstancias vividas, como la muerte prematura de sus padres o un tío. 

A lo largo del cómic, el autor se sincera consigo mismo, con su familia, con sus amigos y sobre todo consigo mismo hablándonos de la muerte, de los sueños, de la frustración, la rabia y la impotencia hasta llegar al aprendizaje o la aceptación. Cosas en las que también juegan un papel los libros.

La joven y el mar de Catherine Meurisse

La joven y el mar, de Catherine Meurisse, es el resultado de una estancia de la autora en una residencia para artistas en Kioto. Acompañada de un pintor que construye haikus y un mapache muy hablador, Catherine va recorriendo y dibujando paisajes bellísimos mientras se intenta empapar de la sensibilidad y la visión del mundo japonesa.

El cómic va pasando con humor por el choque cultural que supone ese encuentro, a vez que se va abriendo a la forma de pensar, contemplar la vida y el arte desde la civilización oriental. Dibujos bellísimos, ironía, ternura, amor a la naturaleza... muchas cosas que muestran la amplitud de la creatividad de esta autora en una obra que debe también mucho a la colorista del álbum, Isabelle Merlet.

Elia, de Fermín Solís

Elia, de Fermín Solís, es la historia de una escritora joven que se marcha a vivir al pueblo donde una tía le dejó una vieja casa en herencia, tras una separación. Es por tanto la crónica de un cambio de vida, contado muy sencillamente pero con mucha hondura, pues a través de Elia pensaremos en cómo nos relacionamos con los demás, en las decisiones que adoptamos, o la actitud con que afrontamos los problemas propios y los de los demás.

Una historia intimista, entrañable y con encanto, plenamente inserta en un mundo en el que hay bondad y capacidad para la amistad pero también están muy presentes el machismo, la cobardía y el rechazo de la diferencia. 

Imposible no leer de un tirón un relato que con mucha sutileza nos lleva a la empatía y la emoción. Y que se disfruta también por la personalidad del dibujo y el gran formato y la calidad de la edición.

Haiku siberiano, de Jurga Vilé y Lina Itagaki

Haiku siberiano, de Jurga Vilé y Lina Itagaki, es la relato de cómo fueron deportados miles de lituanos a Siberia tras anexionarse la URSS la república báltica, poco antes de la invasión nazi de 1941. Está contado en la voz de los niños de una de las familias llevadas en trenes de ganado hasta barracones gélidos, inspirándose en la historia del abuelo de Jurga.

Lo contado es durísimo, pero a la vez enormemente tierno y entrañable, pues mientras sobreviven con sopas de hierba o patatas congeladas, encontrarán fuerza en la ayuda mutua, la poesía, el canto en un coro... testimonios que es necesario conocer.

Bajo los guijarros la playa, de Pascal Rabaté

Bajo los guijarros la playa, de Pascal Rabaté, es un cómic que mezcla varios géneros para contarnos una historia de educación sentimental y crítica social. Ambientada en los primeros años sesenta en Francia, nos presenta a un joven de familia militar, adinerada y autoritaria, que se encontrará por el azar de un robo con una chica que le cambiará la vida, destinada a entrar en una academia militar. 

Un cómic con un ritmo muy dinámico dibujada con tonos pastel por un auténtico maestro del relato gráfico, que muestra tanto la crueldad y estupidez de unos como la esperanza y el deseo de libertad de los protagonistas. Unos personajes marcados por su origen, vinculado al final de la segunda guerra mundial, que aspirarán a cambiar. 

Lubianka, de Felipe Hernández Cava y Pablo Auladell

Lubianka: la noche que no conoce el alba, de Felipe Hernández Cava y Pablo Auladell, es el dramático relato en el que un suboficial ruso, Volodia, acomete la destrucción de un poeta al que interroga y manipula en el edificio sede de la policía secreta soviética, en los años del régimen de terror de Stalin. 

Una obra de tonos oscuros como la historia siniestra que cuenta, en la que se sobrepasa lo kafkiano para llegar la crueldad y el resentimiento extremo contra la creación literaria no sometida a la sinrazón del estalinismo. 

Nadie como tu, de Catalina Bu

Nadie como tu, de Catalina Bu, es un cómic en el que la autora dibuja de una forma sencilla, que parece muy libre, la historia de una chica que se sincera con una amiga, acompaña a una vecina anciana muy enferma, nos cuenta sus pesadillas o rememora recuerdos. Creo que tanto las historias como el trazo reflejan una voluntad de reivindicación de la diferencia y el derecho a mostrar la vulnerabilidad mental, las dudas e inseguridades que tenemos en realidad todas las personas. ¡Me ha gustado mucho!

Alison, de Lizzy Stewart

Alison, de Lizzy Stewart, es una maravillosa novela gráfica que nos cuenta la vida de la formación como pintora de una joven inglesa en los primeros años ochenta del siglo pasado.  En el camino, veremos una relación desigual con un brillante pintor bastante mayor, la ruptura con los orígenes para acudir a Londres, el ambiente cultural impregnado de machismo, la posibilidad de la amistad y la lucha por la afirmación personal... 

La forma en que está dibujada y escrita aporta una naturalidad que hace que la historia resulte absolutamente creíble, y cualquier lector rápidamente se sumerge en el cómic para no dejarlo hasta que llega a su final. Entrañable y con encanto, me ha parecido brillante.

Simone de Beauvoir. Lo quiero todo de la vida, de Julia Korbik y Julia Bernhard

Simone de Beauvoir. Lo quiero todo de la vida, de Julia Korbik y Julia Bernhard, es una biografía de la icónica pensadora francesa. La biografía refleja sobre todo vitalidad, entusiasmo y pasión para ejercer su libertad de pensar y actuar en ámbitos como las relaciones personales, la sexualidad o el compromiso político. Formada como filósofa, fue novelista y ejerció como profesora, siendo referente del feminismo con su obra “El segundo sexo” (1949) y luchadora por el derecho al aborto de las mujeres francesas en los años setenta. 

Un relato interesante que adopta la forma de un diálogo de la protagonista ya mayor con una biógrafa americana que la hace rememorar su infancia, y que a partir de ahí nos va ofreciendo etapas, momentos relevantes y pensamientos a lo largo de la vida de la autora.

El día que conocí a Bin Laden, de Jérémie Dres

El día que conocí a Bin Laden es el relato en dos volúmenes del proceso de radicalización casi inconsciente de dos jóvenes franceses de origen magrebí, Nizar Sassi y Mourad Benchelalli, y sus consecuencias. Dos chicos parisinos que van a un campo de entrenamiento de Al-Qaeda en Afganistán casi de excursión cuando los atentados del 11 de septiembre cambia drásticamente su situación. De ahí un periplo que los lleva de Pakistán a Guantánamo, acumulando unas dolorosas lecciones de vida e historia: aprendizajes que tienen una función educadora frente al riesgo de caer en un absurdo extremismo de raíz islamista y que se alimenta de la exclusión social y la guetificación.

El cuerpo de Cristo, de Bea Lema

El cuerpo de Cristo, de Bea Lema, es la historia de la enfermedad mental de una mujer contada por su hija de una forma muy sencilla y a la ver enormemente amorosa. Un relato que arranca desde la mirada ingenua de la niña desde bien pequeña, que observa los episodios de delirio de la madre, ofuscada con la supuesta infidelidad del padre o la drogadicción del hijo, la búsqueda de respuestas en la religión o el curanderismo y los momentos de abandono y depresión. 

Nos encontramos por tanto ante un cómic tan duro como entrañable, que refleja comprensión al contar sin juzgar unas circunstancias de vida muy difíciles, marcadas también por la niñez o los antecedentes familiares. Una obra que nos hace pensar en los cuidados en el contexto de la enfermedad mental, en los acontecimientos que marcan la niñez y la madurez y en la dificultad del afrontamiento de estos problemas. 

Un cómic estéticamente muy rico, que aprovecha muchos recursos estilísticos entre los que destaca el uso del bordado en los dibujos, y que me ha gustado muchísimo. 

El cielo en la cabeza, de Antonio Altarriba, Sergio García y Lola Moral

El cielo en la cabeza, de Antonio Altarriba, Sergio García y Lola Moral, es un durísimo relato sobre un niño soldado congoleño y su épico viaje hasta Europa. Una historia que contiene muchas lecturas: el dolor, la crueldad, el amor, la opresión, la esclavización, la violencia... y todas provocadas por la voracidad del modelo delictivo que es el capitalismo neoliberal financiero bajo el que nos desenvolvemos. 

Un cómic impresionante que se basa entre otras fuentes en los testimonios de niños soldado que una ONG llamada Janbo Congo está intentando ayudar.

Se trata de en un mundo en el que son cotidianas maldades como la violencia sexual extrema o la tortura contra las mujeres como arma de destrucción o el asesinato de niños y niñas junto a sus familias por el control del coltán y otros metales que las grandes corporaciones tecnológicas usan para producir nuestros amados dispositivos electrónicos.

Lectura obligada.

Fouché: el genio tenebroso, de Kim

Fouché: el genio tenebroso, de Kim, es la adaptación gráfica del grandísimo texto biográfico de Stefan Zweig sobre el político francés, que protagonizó -a veces desde un segundo plano- el convulso periodo entre la Revolución de 1789 y el final de Napoleón y la restauración borbónica.

Durante su vida, este político que de niño iba para cura fue pasando de revolucionario jacobino, redactor de un manifiesto comunista, responsable de matanzas en Lyon y de la defenestración de Robespierre y Danton, para llegar a ministro de Policía con Napoleón y con Luis XVIII. 

El retrato que hace Zweig nos muestra una representación magistral de político intrigante, calculador, pragmático y estratega que se sabía sumar a la corriente ganadora sin mayor escrúpulo, para mantenerse siempre directa o indirectamente influyente.

Una historia que tiene tantos episodios y vaivenes que parece muy difícil de contar, pero la capacidad de Kim las supera para construir un relato de lectura apasionante. Se puede saber más del proceso creador de este cómic en la entrevista de Jesús Jiménez

El abismo del olvido, de Paco Roca y Rodrigo Terrasa

El abismo del olvido, de Paco Roca y Rodrigo Terrasa, es la historia de la lucha de una anciana valenciana, Pepica, por encontrar los restos de su padre enterrado en una fosa común por el régimen de Franco. Es igualmente la historia de Leoncio Badía, el enterrador que hizo posible la localización de muchísimos fusilados en el paredón de Paterna después del final de la Guerra Civil española. Y también nos cuenta los obstáculos que desde la Transición dificultan recuperación de la memoria y la dignidad de los muchos miles de personas del bando republicano que fueron perseguidas, represaliadas y ajusticiadas durante y tras el final de la Guerra. 

Había tenido la suerte de escuchar  la historia de Leoncio Badía, el enterrador de Paterna, en su primera emisión en el programa A Vivir de la Cadena Ser, y estuve con los ojos humedecidos por la emoción durante todo el programa. Ahora ha vuelto a conmoverme ver dibujado este proceso, en el que ya casi sin supervivientes, tantas (casi siempre) mujeres muy mayores luchan por dar un entierro fuera de esas fosas comunes a sus padres o abuelos fusilados de forma inhumana.

   

En el cómic se dan la mano las historias de José Celda y Leoncio con la de los afanes de Pepica para recuperar los restos de su padre y el trabajo arqueológico para identificarlos fehacientemente. 

Un relato muy necesario que se da la mano con grandes novelas como La voz dormida, o la recientemente adaptada al cine y al cómic  El maestro que prometió el mar. Centenares de títulos nos hacen ver lo mucho que puede aportar el cómic a la Memoria Histórica. Y a su enseñanza necesaria para las futuras generaciones, como en el estudio "Memoria y viñetas" de David Fernández de Arriba, sobre el conocimiento de la memoria histórica en el aula a través del cómic.