Se nos presenta junto con su pareja Holly dedicándose a criar cabras enanas, al veganismo y a compostar todo con sus amigas, que aparecen algo envejecidas desde que nos las presentó en Unas lesbianas de cuidado. Además, Alison se cuestiona la adaptación como serie de una de sus novelas, intenta convivir con una hermana en las antípodas ideológicas, se gasta 8000 dólares en intervenir a la cabra que se había tragado un móvil o reflexiona sobre la vigencia del marxismo, la necesidad del decrecimiento o la dificultad de salir del sistema.
Así va incorporando humor y pensamiento crítico en una obra que recorre muchos temas, incluyendo también la sexualidad no convencional o el poliamor.
Como siempre, una obra muy sincera, sugerente, política y divertida, que hace pensar sobre la necesidad de la ética en la vida, y la complejidad de las soluciones.
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