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viernes, 1 de mayo de 2009

Final de Malos tiempos, de Carlos Giménez

El volumen cuarto de Malos tiempos es triste, como toda la historia. Con el final de la Guerra Civil llega el hambre, la tuberculosis, la muerte, la persecución política, la instauración del nacional catolicismo... A las puertas de una posguerra larga y dolorosa. La buena ambientación, el dominio de la época, el realismo y autenticidad de lo que se cuenta, hacen de este cómic una más de las muchas grandes obras de Carlos Giménez. Hace poco se definió un "mendigo de historias" en una gran entrevista en El Público, y efectivamente, es un gran narrador, que acerca la memoria histórica reciente a través de la vida de las personas sencillas. Reconocer a Carlos Giménez con el premio Príncipe de Asturias será muy justo, para él, y también a una generación de autores de tebeos con los que crecimos como lectores y como personas.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Dos cómics sobre la vida cotidiana durante la guera: El juego de las golondrinas, de Zeina Abirached, y 36-39 Malos Tiempos, de Carlos Giménez

De nuevo, y sin pretenderlo, se me han cruzado dos lecturas. Estaba leyendo El Juego de las Golondrina, de Zeina Abirached, cuando apareció el tercero de los cuatro volúmenes que componen la serie "36-39 Malos Tiempos" de Carlos Giménez. Ambos tratan sobre la vida cotidiana durante una guerra, vista en parte desde los ojos de la infancia. En el caso de la autora libanesa, cuenta sus recuerdos refugiada en casa de su abuela durante los bombardeos de Beirut a principios de los años ochente. Y Carlos Giménez mira a través principalmente de Marcelino y su hijo Marcelinito las penurias y sufrimientos vividos durante el asedio de
Madrid durante la Guerra Civil. Ambos son emocionantes: Carlos Giménez es realista, describe los detalles en su crudeza, el hambre, el miedo, la supervivencia, las solidariades o el conflicto entre vecinos fieles al gobierno de la República... haciéndonos vivir a través de los personajes su perplejidad y rabia. Zeina es también detallista a su manera, se centra en los recuerdos infantiles, el juego, el tapiz de casa de la abuela, y la guerra es más bien una sombra sobre su hogar, también bombardeado.
La autora ha estado en España presentando la obra, con bastante eco mediático: Desde artículos de prensa ("Una noche en la Guerra del Líbano" y "La gente se acostumbró a la tragedia" entre otros muchos), e incluso ha hecho la ilustración de portada portada del Babelia de 6 de diciembre, abriendo un reportaje sobre literatura infantil y juvenil...