
Contada con la dulzura propia de Taniguchi, vemos cómo pasa la vida de la protagonista, con un ritmo de tiempo propio del mundo agrícola: las largas caminatas a la escuela, la unión de la familia ante la enfermedad o la muerte, el trabajo desde la infancia en las tareas del campo o la casa, la sumisión y aceptación de las tradiciones por muy duras que sean...
Todo ese ambiente de sometimiento a la tierra y a lo establecido lleva a la laboriosa Tomoji a desarrollar cierta espiritualidad que la marcará, y quizás hace comprender la biografía que ya en el cómic no llegamos a conocer.
Taniguchi, con la colaboración como guionista de Miwako Ogihara, vuelve a crear un cómic encantador, que nos hace introducirnos en la vida cotidiana de los personajes y empatizar con ellos, sus esfuerzos y sus ilusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario